martes, 16 de febrero de 2010

Ataques de solidaridad

Hace un mes y cuatro días del terremoto que azotó a Haití. Ya hace varios días que se ha caído de la agenda informativa de los medios de comunicación. Era previsible. Apareció el viernes, por ser el día en que se cumplía un mes y desde entonces hasta la fecha.

Coincidiendo con ella, la coordinadora de ONG, en la que se integran organizaciones como Cáritas, Cruz Roja Española, Ayuda en Acción, Acción contra el hambre, Intermón Oxfam, Manos Unidas, Unicef... y otras tantas menos conocidas, publicó el balance de donaciones españolas en este tiempo. 72 millones de euros. Insisto, 72 millones de euros. ¿Poco? ¿Mucho? Realmente no lo sé. Habría que comparar con otros países en situación de caos similar.

En este contexto, las referencias a que la solidaridad española no entiende de crisis son múltiples. Pero, yo me pregunto ¿es lógico? Me explico, los días posteriores a la catástrofe se nos iba informando de todo lo ocurrido en el país caribeño al minuto, se nos mostraban imágenes tremendas (e innecesarias) de la tragedia, las crónicas de los enviados especiales se reproducían por doquier en radios, televisiones y digitales, y también, lógicamente se nos daban los números de cuentas en las que se podían hacer las donaciones. Se nos repetían una y otra vez, una y otra vez.

No critico en absoluto a las personas que hayan realizado alguna donación, por humilde que haya sido. Pero sí quiero plantearme la necesidad de las mismas, sobre todo en un momento como éste. Y me refiero, aunque suene a demagogia barata, a la crisis, a los cuatro millones de parados, a las familias sin ayuda alguna, a las personas que no comen tres veces al día, a las que comen en los albergues, a las que duermen en la calle, a las que hacen múltiples esfuerzos para llegar a fin de mes, a las que la empresa le debe meses y meses de salario... Insisto, necesito plantearme el porqué nos dan estos ataques solidarios con países que nos quedan muy lejos, que estaban en una situación ya deplorable antes de desastres naturales (y no los ayudábamos, o al menos de esta manera) y sobre todo, a que están así (me refiero a la situación anterior) porque los países 'desarrollados' lo consienten.

Insisto en que la reflexión puede ser demagógica, y aunque la solidaridad internacional puede ser compatible con la local, (que también debe ser posible en tiempos de crisis) hemos de revisar inevitablemente esta última, echar un vistazo a nuestras calles y sobre todo, y lo más importante, liberarnos de toda hipocresía.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Arrancando con el permiso del respetable. El día de los porqués

Ya no hay vuelta atrás. Ya me convencí, me atreví y aquí estoy. No sé cuánto durará, ni cómo terminaré de montarlo, pero aquí está 'Con el permiso del respetable'.

Hay varias razones para que se llame así. Porque después de darle muchas vueltas no se ha ocurrido otro mejor. Porque después de mucho pensar creo que es lo que mejor puede definir lo que voy a ir contando. Porque no será un blog temático. No me gustan demasiado y no tengo una atracción especial por una temática concreta como para ocupar millones de entradas en un blog. Porque será un blog abierto a todos los temas que se me puedan ocurrir, de ahí que les vaya llamando ocurrencias. Será un registro de todo lo que me llame la atención y de todo a lo que pueda darle al menos dos segundos de mi tiempo.

Porque será un blog con el permiso del respetable colectivo de blogueros que lleva en esto mil y un millón de años. Porque será un blog con el permiso del respetable colectivo de periodistas al que pertenezco. Porque será un blog con el permiso del respetable público internauta que quiera leerlo. Espero que tenga larga vida.

P.D. La idea llevaba tiempo en mi cabeza y la pereza o la falta de tiempo me habían impedido su creación, pese a estar convencida de que internet ya no es el futuro, sino el presente, porque he trabajado con él y en él y porque leí hace poco un post que me marcó mucho: "25 cosas que un periodista puede hacer para mejorar su carrera" de lolacomomola.